Las transformaciones digitales están generando cambios significativos en el modo de trabajar y vivir. La incertidumbre de navegar territorios desconocidos, además la gran velocidad que demandan los actuales modelos de negocio, nos sacan de la forma conocida de hacer las cosas, nuestras zonas de confort y generan ansiedad y estrés.
Aceptar esto como parte del proceso es el primer paso. Pero el segundo , de importancia vital, es conocer y reconocer lo que nos dispara para estar atentos. Saber gestionar situaciones y sobre todo nuestras reacciones y a nosotros mismos.
El modelo tipológico propone que cada uno de nosotros tiene unos hábitos mentales favoritos que dan lugar a un TIPO de personalidad o estilo. Esas preferencias hacen que percibamos y evaluemos las cosas de una determinada manera. Así, dependiendo de nuestro TIPO nato tendremos mayor o menor predisposición a resistirnos ante los cambios.
También tendremos necesidades distintas durante esos procesos: lo que a algunos molesta, inquieta y estresa a otros no les preocupa ni en lo más mínimo Por ejemplo hay personas que son naturalmente estructuradas y organizadas y necesitan tener un plan preciso y exacto.
Al otro lado del espectro existen personas abiertas, flexibles y adaptables: cómo las cosas vayan viniendo uno va viendo. Adoran las sorpresas, las opciones; el proceso es tan importante como el objetivo final porque ese mismo proceso puede ir llevándolo a uno a metas nuevas y mejores. Tienden a dejar las cosas para el último minuto y trabajan muy bien bajo presión. En consecuencia, el cambio que implica siempre salirse del plan- tiende a generarle más incomodidad a los primeros que a los segundos. Ningún TIPO es mejor o peor que otro.
Cada uno se correlaciona con determinadas características, comportamientos, fortalezas y probables puntos ciegos. Y cada uno se correlaciona también con ciertos disparadores, situaciones que nos sacan de centro y pueden hacernos perder el control o actuar de una manera poco constructiva.
Bajo presión aparece nuestro verdadero carácter. Conocer nuestro TIPO y nuestros detonadores y la de aquellos con los que interactuamos con frecuencia, es la manera más racional y práctica de estar atentos, evitar caer en las garras de nuestra sombra y hacer una erupción cuyas consecuencias pueden ser realmente lamentables. Entender y respetar las diferencias es el primer paso para poderlas gestionar constructivamente.
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Gabriela Schauman es Consultor Organizacional, Coach de Equipos y MBTI® Master Practitioner. Su misión a través de THE TYPE FACTOR es ayudar a las personas y organizaciones a incrementar su INTELIGENCIA RELACIONAL al entender y gestionar las diferencias de personalidad para transformarlas en ventaja competitiva.