En este post me voy a dedicar a tocar el tema del trabajo en equipo y cómo para que un equipo funcione lo primero y fundamental es entender qué trae cada quien a la mesa en cuanto a estilo de trabajo y tipo de personalidad. El factor del TIPO es clave para mejorar relaciones y alcanzar resultados. Por eso si quieres un equipo exitoso, desarrolla su INTELIGENCIA RELACIONAL

Aceptar y gestionar la diversidad es clave en un equipo

Un equipo suele estar conformada por personas con distintas experticias, experiencias y sobre todo, distintos estilos de trabajar o personalidades. Muchas veces son estas diferencias las que generan conflictos y ralentizan o impiden el alcance de objetivos.

Recientemente en el chat de uno de los grupos en los que estoy -aunque confieso que no soy para nada de grupos ni chats grupales y por allí ya pueden ir adivinando una de mis preferencias – me llegó esto:
“Se suele decir que gracias al trabajo en equipo los sueños se hacen realidad. Cada uno de nosotros contribuye con algo diferente y necesario para el todo. Si falta una sola pieza del rompecabezas, la imagen no estará completa. Ya sea que mi aporte sea crear una base fuerte, colocar las piezas o dar los toques finales, hago mi parte de manera abierta y dispuesta.”

¡Qué buen recordatorio!

Ni siquiera aquellos que prefieren INTROVERSION y trabajan mejor en soledad pueden hacer y lograr todo por si mismos. Aunque piensen y produzcan mejor cuando están solos después tienen que integrar su resultado al proyecto global.

El excelso goleador no hace mucho sin buenos mediocampistas ni una defensa fuerte, verdad?

Por eso un equipo bien integrado siempre dará una mejor respuesta que el más inteligente y capaz de los miembros por si solo.

Pero seguramente en algún momento te has encontrado con alguna(s) persona(s) con la cual se te ha dificultado trabajar

Por más que tratas y tratas no te logras comunicar, no te entiende o tiene una forma tan distinta de ver las cosas que hasta te cuestionas si lo hace adrede para molestarte.

Sucede que cada integrante del equipo tiene unas determinadas preferencias de personalidad o TIPO que son como unos lentes a través de los cuales ve el mundo. Esas tendencias son genéticas y están en nuestro ADN haciendo que cada uno de nosotros tenga un cierto estilo natural o DEFAULT.

Aunque el ambiente donde crecemos y nuestras experiencias de vida nos van moldeando, ese DEFAULT o TIPO permanece con nosotros toda la vida. El mismo hace que reaccionemos de determinadas maneras, que nos detonen ciertas cosas, que prefiramos comunicarnos de determinada forma, que nos guste más hablar que escuchar por ejemplo o reflexionar más que actuar, o dejar las cosas para último minuto en lugar de planificar y así, pare usted de contar.

Cuando nuestros estilos y preferencias son distintos tendemos a chocar y descalificar al otro pues estamos convencidos que nuestros lentes y forma de ver la realidad es la correcta. Esto resulta en conflicto improductivo y poco a poco socava la confianza y la energía del equipo, el cual deja de generar los resultados esperados.

La mayor parte de nosotros tiende a pensar que nuestra manera de ver e interpretar una situación es la correcta. Eso es porque sencillamente porque nuestro TIPO nos hace percibir e evaluar las cosas de una manera determinada. Resulta que alguien con otro TIPO y unas tendencias distintas ve e interpreta las cosas de otra manera y allí comienzan a surgir los problemas.

Entender, validar y respetar estas diferencias es clave para poder entablar comunicaciones efectivas que nos permitan alinearnos y funcionar de la mejor manera para aprovechar constructivamente nuestras diferencias. La diversidad bien gestionada es oportunidad, mal gestionada es fuente de conflicto improductivo. Y de todas las diversidades la que menos se toma en cuenta justamente es nuestras diferencias de personalidad o TIPO.

Conocer y validar el TIPO ayuda a resolver conflictos

El conflicto subyacente es característico en muchos equipos que mantienen una armonía artificial.

Aproximadamente el 40% de los equipos no sabe conciliar diferencias o resolver conflictos interpersonales. Como resultado muchos equipos continúan con un ciclo interminable de disfunción que afecta seriamente su capacidad para cumplir con los objetivos y trabajar bien juntos.

Esto termina generando malas relaciones y bajos niveles de confianza. Las personas comienzan a sentir desagrado unas por otras, eligen el silencio sobre el diálogo, hablan en privado y construyen silos e impulsan su propia agenda personal.

A pesar de las buenas intenciones, muchos equipos fracasan: tienen objetivos poco claros, confusión sobre sus roles y procesos de trabajo deficientes entre otras cosas. Pero la razón más común por la que fallan son las malas relaciones o lo que se puede describir como la “química del equipo”.

La mala química en un equipo es como una “zona de guerra”: los miembros quieren evitarse, no se llevan entre sí, se retiran y hasta se desconectan. A veces el conflicto se manifiesta visiblemente pero otras veces es pasivo -como la guerra fría- que socava igualmente la moral, el compromiso y los resultados.

Como expone en su post R. Kichar, de quien hemos tomado parte de este contenido, un equipo plagado de conflictos clandestinos, se caracteriza por peleas privadas y miembros que protegen su territorio. Cuando el conflicto se deja sin resolver, los juegos de poder toman el control.

La misma dice que un miembro de equipo describió una vez a su equipo poco saludable como “muy agotador y tóxico” y “hace que quieras evitar las reuniones de equipo por completo”.

Incrementar Inteligencia Relacional mejora el desempeño del equipo

Una solución eficaz para mejorar las relaciones en un equipo es incrementar su INTELIGENCIA RELACIONAL . Para ello es de gran ayuda conocer los TIPOS de cada integrante  

El TIPO describe la forma en que las personas prefieren enfocar su energía, recibir información, tomar decisiones y tratar con el mundo exterior.

Conocer el TIPO de los miembros de un equipo ayuda a

  • Reconocer y gestionar las diferencias
  • Aprender cómo comunicarse e influir en los otros
  • Crear un plan sobre la mejor manera de trabajar juntos

Partir de las preferencia o TIPO del equipo es una forma rápida de abrir temas álgidos, hacer que las personas hablen sobre sí mismas y sus expectativas.

Al descubrir y entender los TIPOS presentes en el equipo se abre una ventana de oportunidad para comprender las diferencias y las interacciones existentes y se pasa rápidamente de comunicaciones cerradas y aprensivas a comunicaciones más abiertas, tocando temas sobre la dinámica del equipo de manera nunca antes hecha.

Cuando el equipo analiza sus tipos y ve cuan similares y/o diferentes son, con frecuencia aumenta drásticamente la apertura y comienzan a discutir los resultados de su tipo individual.

Un extrovertido en un taller declaró: “wow, esto me explica con tanta precisión, ¡ahora entiendo por qué tengo la imperiosa necesidad de hablar en lo que me ocurre una idea!”.

Un equipo operativo dominado por TIPOS sensoriales, reconoció que les costaba mucho enfocarse en planes estratégicos a 3 años debido a su deseo de participar más en resolver problemas cotidianos.

Esta toma de conciencia ofrece una atmósfera segura para derribar barreras y poner todas las perspectivas sobre la mesa. Así pueden crearse nuevas formas de funcionar que creen una atmósfera de equipo más sana donde se resuelvan los conflictos, se fomenten las perspectivas mixtas y se aproveche constructivamente el potencial de las diferencias.

El primer paso es que cada integrante del equipo valide su propio TIPO y entienda cómo el mismo puede estar contribuyendo a los problemas del equipo.

Por ejemplo, alguien puede descubrir que su necesidad de estructura, planificación y cierre, hace que otros miembros que prefieren más tiempo para procesar se sientan presionados a tomar decisiones rápidas sin sentir que tienen suficiente tiempo.

Otro miembro con una preferencia hacia el Feeling puede ver cómo ante un equipo con problemas, su necesidad de armonía puede hacerle retraerse, sentirse desmotivado y hasta amargado. Este proceso de autodescubrimiento es muy poderoso.

Las personas amplían su conciencia sobre sus fortalezas, debilidades y puntos ciegos cuando aprenden sobre su TIPO y pueden ir más allá del “SCY” (síndrome de ser como yo). Esto es cuando esperamos que los demás sean como nosotros, piensen y actúen igual, y nos sorprendemos al descubrir que no es así.

Los miembros del equipo aprenden en qué se parecen a los demás, en qué se diferencian y cómo su TIPO o estilo puede ser un problema para los demás.

La Tabla Tipológica del equipo es clave para ajustar la dinámica

En el segundo paso de una sesión de integración de equipos con TYPE FACTOR, los miembros del equipo descubren el perfil general del equipo. Al ver los distintos TIPOS de los miembros en una tabla se descubren similitudes y diferencias. La tabla nos permite identificar la cultura del equipo, los probables estilos de trabajo y los posibles “problemas”

Por ejemplo, un equipo que tiene muchos TIPOS diferentes, seguramente tendrá que enfrentarse a preferencias de comunicación diferentes. Al hablar diferentes “idiomas”, los miembros pueden tener dificultades para llegar a un consenso y llevarse bien. Sin embargo, seguramente pueden aportar mejores y más originales soluciones y seleccionar a la persona adecuada para distintos roles y tareas.

Al combinarse los TIPOS de los distintos integrantes se genera una cultura de equipo que también tiene un TIPO Conocerla proporciona una mirada sobre cómo el equipo toma decisiones, se comunica y cómo aborda los proyectos de trabajo: es un poderoso diagnóstico del equipo y a la vez una estrategia para mejorar su efectividad.

Los equipos que entienden sus TIPOS de personalidad pueden capitalizar sus fortalezas y minimizar sus posibles debilidades.

Si bien la diversidad es saludable en un equipo, también puede causar conflictos.

La tabla tipológica muestra todos los TIPOS presentes en un equipo y su dinámica, y permite abordar con transparencia y sin juicios la manera en la cual los miembros del equipo se relacionan entre sí y cómo pueden mejorar.

Por ejemplo, un equipo de tendencia más introvertida puede no estarse comunicando horizontalmente con otras partes interesadas dentro y fuera de la organización y al concientizar esto, decidir ponerse la meta de aumentar su red.

En otro caso, un equipo entendió más claramente sus diferencias: mientras que la mayoría tenia una preferencia hacia la planificación y estructura , su jefe tenía una preferencia hacia la flexibilidad. Mostrar estas diferencias permitió al líder comprender el impacto que su enfoque espontáneo estaba teniendo sobre el equipo y se comprometió a trabajar para establecer planes y cronogramas más estrictos.

Como se mencionó anteriormente, aprender a influir efectivamente sobre los demás, es un factor clave para “arreglar” equipos con problemas. A medida que los miembros del equipo aprenden sobre los otros TIPOS, ven cómo piensan y toman decisiones los demás.

Luego, pueden usar esa información para proponer nuevas ideas, aprender cómo las discusiones pueden necesitar más tiempo y lo que otros pueden necesitar para llegar a una decisión que sea “factible” para todos los miembros del equipo. Influir y comunicarse con otros en el equipo se vuelve más fácil.

Llevar todo a la acción

Para finalizar una sesión de integración de equipo con TYPE FACTOR, el equipo debe plasmar su nueva manera para trabajar juntos con un PLAN DE ACCION. Esta forma de planificación rara vez se realiza en en el dia a dia, pero es fundamental para reconstruir las relaciones. Si bien a menudo la simple conciencia del TIPO ayuda enormemente, no es suficiente para crear un cambio sustentable. El equipo debe poner esta nueva conciencia en acción y crear una estrategia sobre cómo funcionarán juntos en el futuro.

Con base en su nuevo conocimiento, los miembros del equipo pueden identificar áreas críticas y realizar acuerdos sobre cómo trabajar juntos en el futuro.

Los miembros del equipo pueden identificar nuevos maneras de comunicarse que encajen mejor con sus estilos y la cultura del equipo. Se puede discutir la incorporación de las fortalezas de otros TIPOS diferentes a la cultura del equipo, así como asegurarse que se utilicen todas las preferencias en la toma de decisiones.

Algunos acuerdos comunes son:

  • “Obtener los aportes de todos antes de que se tomen decisiones clave”
  • “Los extrovertidos del equipo intentarán no dominar”
  • “Asegúrarse de preguntar a los introvertidos por su opinión”
  • “Pedirle nuevas ideas a los miembros con preferencias por la Intuicion”
  • “Las personas con preferencia Thinking harán el esfuerzo de ser menos críticos”
  • “Quienes prefieren Juicio controlarán su imperiosa necesidad de cerrar ya y se abrirán a posibles alternativas”

Conocer su TIPO vuelve más inteligentes y efectivos a los equipos

Los equipos efectivos son esenciales y realmente vale la pena dedicar tiempo a desarrollarlos e incrementar su INTELIGENCIA RELACIONAL. Partiendo del conocimiento que obtienen al descubrir su TIPO y ponerlo en práctica, los equipos aprenden a navegar los conflictos y a resolver problemas interpersonales para poder mejorar su colaboración y compromiso y así mejorar su desempeño y resultados.

Gabriela Schauman es Consultor Organizacional, Coach de Equipos y MBTI® Master Practitioner. Su misión a través de THE TYPE FACTOR es ayudar a las personas y organizaciones a incrementar su INTELIGENCIA RELACIONAL al entender y gestionar las diferencias de personalidad para transformarlas en ventaja competitiva.

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