Identificar nuestros hábitos mentales acostumbrados, nuestras tendencias naturales, nuestras fortalezas natas y nuestras potenciales debilidades nos ayudan a trazar la ruta de crecimiento que nos permita convertirnos en nuestra mejor versión.
Acabo de hacer un ejercicio interesante. Realicé una búsqueda en Google sobre las habilidades/destrezas/competencias del liderazgo efectivo y en los 15 primeros resultados no aparece el auto-conocimiento. Sin embargo según universidades como Harvard, MIT y Cornell esta es la competencia más importante para un líder. ¿Por qué?
Al validar mis fortalezas sabré exactamente cómo y cuándo utilizarlas a mi favor; Si identifico mis potenciales debilidades puedo trabajar en ellas entrenándome en estos hábitos menos preferidos para ser capaz de utilizarlos cuando sea necesario. Si descubro mis puntos ciegos puedo estar atento para no actuar inconscientemente frente a algún disparador.
Tendemos a culpar al afuera de nuestros fracasos cuando muchas veces es nuestra reacción natural e impulsiva ante una determinada situación la que nos trae problemas. Todos absolutamente todos tenemos fortalezas y potenciales debilidades. Y hago hincapié en lo de POTENCIALES porque en el modelo de desarrollo que utilizo en mi trabajo, nuestras debilidades vienen de sobre-utilizar nuestras fortalezas. Si me polarizo hacia mis preferencias naturales descuido el polo contrario y eso se convierte en una debilidad.
Por ejemplo si mi preferencia es a la toma de decisiones objetiva, lógica y racional. Si no freno mi tendencia natural a la crítica puedo cercenar mis relaciones y crear un clima desgastante en el equipo.
Si por el contrario valoro la armonía y soy esencialmente empático puedo perder de vista el problema y centrarme sobre la persona, creando favoritismos que impiden el logro de resultados.
Por eso es vital conocer mis preferencias, mis fortalezas natas , entender que tengo que practicar mis no preferencias para lograr el balance y la efectividad. Este modelo de auto-conocimiento potencia cualquier otra herramienta de desarrollo o desempeño.
Por ejemplo, cotejar los resultados de un 360 con esta radiografía de nuestra personalidad nos hace entender las brechas desde una óptica mucho menos personal, más positiva y mucho más práctica para generar las próximas acciones que me pueden traer mejores resultados en menos tiempo.
Volviendo a mi búsqueda inicial en Google entre las capacidades más importantes del liderazgo. se mencionan comunicación, alcance de objetivos, capacidad de motivar e inspirar, flexibilidad y adaptación ante el cambio, apertura a nuevas ideas e innovación, fomentar relaciones colaborativas y crear equipo, congruencia entre el decir y hacer.
De acuerdo a nuestras preferencias o TIPO de personalidad cada uno de nosotros se le hará más fácil el desarrollo de algunas de estas capacidades mientras que otras se le dificultarán más. Identificar y validar nuestro TIPO es el camino más corto para el conocimiento propio y establecer un plan racional, práctico y congruente para desarrollarnos como personas y convertirnos en el mejor líder que podemos ser.
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Gabriela Schauman es Consultor Organizacional, Coach de Equipos y MBTI® Master Practitioner. Su misión a través de THE TYPE FACTOR es ayudar a las personas y organizaciones a incrementar su INTELIGENCIA RELACIONAL al entender y gestionar las diferencias de personalidad para transformarlas en ventaja competitiva.