La importancia de humanizar el teletrabajo

Ahora más que nunca hay que capacitar a las personas para que desarrollen “Inteligencia Relacional” y aumenten su desempeño en línea para el teletrabajo.

En un reciente artículo de HBR Annie Peshkam y Gianpiero Petroglieri tocan un tema fundamental: ante la crisis la mayor parte de las organizaciones y sus líderes entran en modo supervivencia y se olvidan del aprendizaje y desarrollo. Es como si frente a la disrupción e incertidumbre vuelven al modo directivo y de control para asegurarse que lograron lo básico en sus operaciones. Los presupuestos y planes de capacitación y aprendizaje son eliminados así como las sesiones de coaching o cualquier otra iniciativa catalogada como superflua.

Los autores exponen que esto es muy peligroso y concuerdo absolutamente con ellos. La actual crisis dejara cambios duraderos en la manera como vivimos y trabajamos. Pareciera que el teletrabajo llego para quedarse. Organizaciones y líderes deben aprender cómo mantener enfocada y energizada a una fuerza laboral remota y separada, para fomentar tanto su desempeño como su bienestar.

Capacidades humanas frente al teletrabajo

Contraintuitivamente, frente a esta virtualidad nunca había cobrado más importancia la parte humana y las habilidades socio emocionales.

Cuando estamos frente a frente o físicamente presentes podemos observar el lenguaje corporal de la otra persona, sentir si algo no le agrada o si no está de acuerdo con algo. Pero en una reunión virtual esto se complica tremendamente. Por eso para crear y/o mantener un equipo virtual que realmente se integre y dé respuestas creativas ante las cambiantes necesidades hay que construir confianza y auténticas relaciones colaborativas: trabajar en línea es mucho más complicado que configurar una cuenta Zoom y continuar con los negocios como de costumbre

De allí la importancia del aprendizaje, capacitación y desarrollo en estos momentos. Igual que nos toca trabajar en línea para ello tenemos que aprender y capacitarnos en línea también.

Pero en lugar de obsesionarnos con la plataforma y el contenido lo más importante ahora es el propósito: qué queremos lograr? Y la verdad es que en estos momentos todos necesitamos aprender cómo estar y cómo relacionarnos en este nuevo mundo.

Por eso ahora más que nunca las empresas y sus líderes deben centrarse en el desarrollo de capacidades socioemocionales que permitan crear rapport, confianza y colaboración. En otras palabras desarrollar Inteligencia Relacional.

Aprendizaje cognitivo vs. Aprendizaje socio emocional

En lugar de centrarse en el aprendizaje cognitivo para adquirir habilidades y competencias duras -lo que ofrecen la mayor parte de los webinars y cursos online como presentaciones efectivas, comunicación eficaz etc- debemos aprender primero cómo cada uno de nosotros se ve afectado y reacciona ante la crisis y cómo manejar esos pensamientos y sentimientos para complementarnos mejor . Es un aprendizaje centrado sobre las personas, su manera de ver e interpretar el mundo.

Volvernos más humanos implica mostrarnos y admitir que no tenemos todo bajo control, que tenemos días mejores y otros peores, que todos nos estresamos pero no necesariamente por las mismas cosas. Implica auto-conocimiento para identificar nuestras fortalezas y puntos ciegos -que todos tenemos- y entender y respetar a los demás con sus diferencias.

Igual que en los buenos tiempos se hacen actividades de integración de equipos presenciales, las organizaciones y lideres que quieran triunfar en la actual migración virtual, deben realizar actividades digitales para cohesionar a sus equipos y ayudarles a desarrollar la confianza necesaria para transformarse en exitosos equipos 4.0: más humanos para gestionar y triunfar frente a la virtualidad.

Porque al final todos somos personas y no robots y lo que puede hacer que esta virtualidad realmente funcione es nuestra Inteligencia Relacional.

Gabriela Schauman es Consultor Organizacional, Coach de Equipos y MBTI® Master Practitioner. Su misión a través de THE TYPE FACTOR es ayudar a las personas y organizaciones a incrementar su INTELIGENCIA RELACIONAL al entender y gestionar las diferencias de personalidad para transformarlas en ventaja competitiva.

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